Cuando a finales del 2011 Ana Pérez asumió la dirección del Hotel Zenit Vigo, aseguró que su principal objetivo sería “trabajar para cumplir nuestro compromiso con el cliente de máxima satisfacción durante su estancia”. Tan solo un año después, ese propósito ya es una realidad. “Me alojé en este hotel una noche y volveré a hacerlo siempre que vaya a Vigo”, dice una de los últimos huéspedes que escribe en TripAdvisor.
Ya en recepción, de la mano de Rubén Iglesias o Elena Castro, “tratamos de ofrecer un servicio personalizado a cada uno de nuestros clientes”. Un trato que se diferencia por su buen hacer: “Destacar la amabilidad del personal, tanto de recepción como del restaurante. Da gusto tener siempre una sonrisa y una palabra agradable enfrente”, valora otro cliente en las misma Web.
Situado en la parte occidental de la provincia de Pontevedra, de la que forma parte como municipio costero de las rías Bajas, Vigo es también llamada la ciudad olívica. La Gran Vía y la calle de Urzaiz son las arterias vitales de la urbe, entre ella se encuentra el Hotel Zenit Vigo. Asimismo, la ubicación es otro de sus puntos clave. “Muy buena situación, en el centro de la zona comercial”, destaca Margarita en Booking. El hotel, está situado entre las dos avenidas principales.
Además, a tan solo 10 minutos del Mercado de la Piedra y del paseo marítimo, está próximo a una de las áreas más turísticas, lo que hace que sea “un lugar perfecto tanto para disfrutar de unas vacaciones culturales, como para estancias laborales”. “Viajamos a menudo a Vigo y ahora que hemos descubierto el Zenit, sin duda volveremos”, afirma Irene, que viaja siempre con su familia.
El hotel, de estilo urbano, se ubica en un edificio histórico, pero se presenta como uno de los hoteles más modernos y reconocidos de la ciudad. Dotado de las mejores tecnologías, sus instalaciones ofrecen room service, parking concertado e incluso “tarifas exclusivas en un spa y gimnasio que está a tan sólo 50 metros”. Sin embargo, la vida en el hotel cambia radicalmente durante el fin de semana, “el ambiente es más calmado, divertido y familiar” y las recomendaciones son otras: “ayudamos a nuestros clientes a alquilar un coche, a prepara rutas culturales, gastronómicas o incluso si quieren practicar golf”.
El edificio también alberga un bar, que sirve bebidas durante todo el día, y un restaurante groumet, La Rotonda. Como no puede ser de otra manera, la cocina tradicional gallega y el marisco de concha son sus especialidades: “También servimos un exquisito pescado de la Ría o unos deliciosos entrecot”. Además, preparan bajo reserva comidas temáticas, “entre las que destaca un menú japonés muy especial”. Gracias al jefe de cocina, Javier Acosta, Manuel Salgado y Margarita Rey en la cocina, o Jorge Suárez como camarero, hacen que cualquier comidas familiar o celebración sea un toda una experiencia que desees volver a disfrutar.