Desde Zenit Bilbao queremos que conozcaís ademas de la capital de Vizcaya , aquellos pueblos cercanos que cuentan con una belleza muy particular. Os recomendamos algunos de los más interesantes para que no perdáis la oportunidad de visitarnos durante este mes de Agosto y aprovechas las fiestas de Bilbao y las visitas a rincones especiales.
Bermeo es una villa marinera cuyo puerto conserva todo el tipismo pesquero. Desde que en 1239 se fundó como villa, Bermeo ha tenido una rica historia. Como prueba de ello quedan en su casco urbano toda una serie de monumentos. Los siguientes han sido declarados de interés Histórico-Artístico: el claustro (patio cuadrangular con una galería porticada) de la iglesia de San Francisco, construido en 1357; la torre de Ercilla, gótica, donde en la actualidad se sitúa el Museo del Pescador; la iglesia de Santa María; la de Santa Eufemia, iglesia ‘Juradera’, seguramente la más antigua de Bermeo; el Ayuntamiento, erigido en 1732, en cuya fachada podemos ver dos relojes de sol; y la Casa Kinkubera, catalogada dentro del ‘racionalismo vasco’, con una estructura que nos recuerda a un barco. Además son destacables el arco de San Juan, del S. XIV, y el casco viejo, en el que casas de pescadores con reminiscencias medievales bordean encantadoras calles, plazas y el puerto viejo.
El municipio de Ondarroa tiene las peculiaridades sociológicas y culturales propias de los puertos vascos. Su Casco Viejo es uno de sus lugares más entrañables. Por él podemos empezar nuestro paseo; tiene un sabor medieval y marinero inconfundible con calles estrechas y empinadas. Aquí en el casco viejo se vislumbra el Puente Viejo sobre el río Artibai. Es una edificación romana, muy dañado en 1936 y prácticamente destruido en 1953, a causa de una espantosa riada. En el presente cuesta mucho reconocer su estructura primitiva. A su lado se encuentra el Museo Kofradia Zaharra, antigua Cofradía de Pescadores, que se construyó en 1920 bajo la dirección del arquitecto Pedro Guimón. En sus bajos se sitúa el mercado.
En la misma parte vieja de la villa se encuentra la Torre de Likona, del S. XV. Es la clásica edificación fronteriza, en su estilo una de las más antiguas de Euskadi. En ella nació la madre de San Ignacio de Loyola. En sus proximidades se erigió la maravillosa iglesia de Santa María (1462) construida sobre la roca. Es una obra gótica (estilo artístico siglos XII-XV) decadente, con sus ventanales de tracería flamígera y sus pináculos y chapiteles las gárgolas y el rosetón de la fachada. En su coronamiento se encuentran unas estatuas de estilo borgoñón, que le proporcionan todo su carácter. Pese a las numerosas reformas sufridas, el templo conserva el empaque que le proporciona su antigüedad.
El antiguo Ayuntamiento, otro edificio de interés, muestra una fachada toscana muy diferenciada del resto de las construcciones de la localidad Cerca de la iglesia de Santa María y de la Alameda, un hermoso paseo arbolado en las proximidades del mar, se podría divisar el Puente de la playa. Antiguamente había que pagar para pasar este puente Desde aquí hasta el Espigón se podría observarla algarabía de los ‘arrantzales’ en las lonjas de pescado y, en general, el genuino ambiente marinero de la villa.
Si se sube una cuesta bastante empinada, en las inmediaciones del antiguo Ayuntamiento, se desemboca en la iglesia de Nuestra Señora de la Antigua. Desde sus alturas se divisa un panorama de gran belleza, colorido y grandiosidad. La edificación se remonta al S. XII, aunque fue nuevamente erigida en 1750. Posee una preciosa imagen de la Virgen. De camino hacia Nuestra Señora de la Antigua se encuentran también dos hermosas ermitas: la de San Juan y la de Santa Clara, a la cual sólo se accede a pie.
En la misma parte vieja de la villa se encuentra la Torre de Likona, del S. XV. Es la clásica edificación fronteriza, en su estilo una de las más antiguas de Euskadi. En ella nació la madre de San Ignacio de Loyola. En sus proximidades se erigió la maravillosa iglesia de Santa María (1462) construida sobre la roca. Es una obra gótica (estilo artístico siglos XII-XV) decadente, con sus ventanales de tracería flamígera y sus pináculos y chapiteles las gárgolas y el rosetón de la fachada. En su coronamiento se encuentran unas estatuas de estilo borgoñón, que le proporcionan todo su carácter. Pese a las numerosas reformas sufridas, el templo conserva el empaque que le proporciona su antigüedad.
El antiguo Ayuntamiento, otro edificio de interés, muestra una fachada toscana muy diferenciada del resto de las construcciones de la localidad Cerca de la iglesia de Santa María y de la Alameda, un hermoso paseo arbolado en las proximidades del mar, se podría divisar el Puente de la playa. Antiguamente había que pagar para pasar este puente Desde aquí hasta el Espigón se podría observarla algarabía de los ‘arrantzales’ en las lonjas de pescado y, en general, el genuino ambiente marinero de la villa.
Si se sube una cuesta bastante empinada, en las inmediaciones del antiguo Ayuntamiento, se desemboca en la iglesia de Nuestra Señora de la Antigua. Desde sus alturas se divisa un panorama de gran belleza, colorido y grandiosidad. La edificación se remonta al S. XII, aunque fue nuevamente erigida en 1750. Posee una preciosa imagen de la Virgen. De camino hacia Nuestra Señora de la Antigua se encuentran también dos hermosas ermitas: la de San Juan y la de Santa Clara, a la cual sólo se accede a pie.
El actual municipio de Elorrio esta formado por la villa de Elorrio y la anteiglesia de San Agustín de Echevarría. La villa tiene fecha fundacional: su fundación la efectuó el Señor de Vizcaya Tello en 1356 y lo hizo en terrenos de la anteiglesia. Ambas historias corrieron paralelas hasta el año 1635 cuando la anteiglesia se incorpora en la villa. Hasta entonces la villa de Elorrio tenía asiento y voto en las Juntas de Guernica, el número 13 y la anteiglesia de San Agustín los tenía en las Juntas de Guerediaga, por ser perteneciente a la Merindad de Durango, el número 3, pero a partir de la anexión la anteiglesia pierde su representación y se integra junto a la villa.
Como en todas las anteiglesias se desconoce la fundación de la misma. El origen se entronca con la historia de la tierra llana de Vizcaya. En los municipios vecinos hay restos arqueológicos que dan testimonio de la ocupación de estas tierras por los humanos desde tiempos anteriores al neolítico.
En el área perteneciente al actual municipio de Elorrio se han hallado varias estelas funerarias y sepulturas. Algunas de ellas se han concentrado en Argiñeta, dando lugar a la necrópolis de Argiñeta con elementos fechados en el año 893, justo en los albores del cristianismo en esta zona. Las estelas, de origen anterior a los sarcófagos, son precristianas.
El 11 de febrero de 1053 se funda el monasterio de San Agustín de Echevarría, que sufre varias modificaciones, una en el S. XII (románico) y otra en el XVI (gótico) que es la que ha llegado a la actualidad.
La fundación de la villa en 1356, se realiza con la doble intención de establecer un poder que contrarreste al de los nobles y el de defender el Señorío de los vecinos guipuzcoanos. La guerra de Bandos tuvo una de sus principales batallas en Elorrio. Esta batalla, conocida como la Batalla de Elorrio, se produjo en 1468 y enfrentó a las casas de Ibarra (oñacinos) y los Marzana (gamboínos).
Los siglos XVI, XVII y XVIII componen la edad moderna de la villa. La participación de familias locales en el comercio con el Nuevo Mundo es muy activa y hace que lleguen riquezas importantes a la villa que se invierten en edificios notables; éste es el origen de la multitud de casas solariegas y palacios (más de 20 palacios y más de 69 escudos heráldicos) que hoy son testimonio de aquellos hechos. Se construye la iglesia (entre los años 1459 y 1506) que es la mayor de Vizcaya, se realizan fuentes públicas, cruces de límite relevantes, ricamente labradas. Todo ello refleja la riqueza que llegaba a la villa que en estos tiempos incorpora a la anteiglesia.
El S. XIX encuentra a una villa enriquecida, con una sociedad agrícola que se abre a la moda de los balnearios, del cual la villa tiene algunos que le dieron cierto renombre, y con una cierta nobleza que usas la villa para pasar sus temporadas veraniegas.
Después de la guerra civil, con la moda balnearia ya pasada, se suma a la industrialización del país y de la zona del duranguesado. La situación de diferentes industrias hace subir su localidad que se pone cerca de los 8000 habitantes en los años 80 del S. XX.
El conjunto monumental fue declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1964 y abre las puertas a una nueva actividad turística.
Como en todas las anteiglesias se desconoce la fundación de la misma. El origen se entronca con la historia de la tierra llana de Vizcaya. En los municipios vecinos hay restos arqueológicos que dan testimonio de la ocupación de estas tierras por los humanos desde tiempos anteriores al neolítico.
En el área perteneciente al actual municipio de Elorrio se han hallado varias estelas funerarias y sepulturas. Algunas de ellas se han concentrado en Argiñeta, dando lugar a la necrópolis de Argiñeta con elementos fechados en el año 893, justo en los albores del cristianismo en esta zona. Las estelas, de origen anterior a los sarcófagos, son precristianas.
El 11 de febrero de 1053 se funda el monasterio de San Agustín de Echevarría, que sufre varias modificaciones, una en el S. XII (románico) y otra en el XVI (gótico) que es la que ha llegado a la actualidad.
La fundación de la villa en 1356, se realiza con la doble intención de establecer un poder que contrarreste al de los nobles y el de defender el Señorío de los vecinos guipuzcoanos. La guerra de Bandos tuvo una de sus principales batallas en Elorrio. Esta batalla, conocida como la Batalla de Elorrio, se produjo en 1468 y enfrentó a las casas de Ibarra (oñacinos) y los Marzana (gamboínos).
Los siglos XVI, XVII y XVIII componen la edad moderna de la villa. La participación de familias locales en el comercio con el Nuevo Mundo es muy activa y hace que lleguen riquezas importantes a la villa que se invierten en edificios notables; éste es el origen de la multitud de casas solariegas y palacios (más de 20 palacios y más de 69 escudos heráldicos) que hoy son testimonio de aquellos hechos. Se construye la iglesia (entre los años 1459 y 1506) que es la mayor de Vizcaya, se realizan fuentes públicas, cruces de límite relevantes, ricamente labradas. Todo ello refleja la riqueza que llegaba a la villa que en estos tiempos incorpora a la anteiglesia.
El S. XIX encuentra a una villa enriquecida, con una sociedad agrícola que se abre a la moda de los balnearios, del cual la villa tiene algunos que le dieron cierto renombre, y con una cierta nobleza que usas la villa para pasar sus temporadas veraniegas.
Después de la guerra civil, con la moda balnearia ya pasada, se suma a la industrialización del país y de la zona del duranguesado. La situación de diferentes industrias hace subir su localidad que se pone cerca de los 8000 habitantes en los años 80 del S. XX.
El conjunto monumental fue declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1964 y abre las puertas a una nueva actividad turística.
Fuente:rurismo.com