La primera jornada de desfiles de la nueva Mercedes-Benz Fashion Week no ha sorprendido. La pasarela madrileña no ha dado un vuelco ni ha superado las expectativas de ediciones anteriores a pesar del cambio de nombre. La antigua Cibeles Madrid Fashion Week continúa conservando casi todos sus pesos pesados y mantiene también un nivel de exigencia en las colecciones muy similar al de otros años.
Roberto Verino, un veterano de la pasarela madrileña, ha sido el encargado de abrir la 55 edición. Para ello, ha presentado una colección con una clara declaración de intenciones: Women in power. Así reza la canción con la que el diseñador ha cerrado su desfile y así se muestra la mujer Verino. Una mujer poderosa, inspirada en los años 70, con pantalones anchísimos, volviendo a la pata de elefante.
Sin apenas salirse del gris pizarra y el negro, la mujer que propone Roberto Verino pasea por las frías calles de Manhattan abrigada con tres cuartos con aplicaciones de pelo en cuellos, bajos y bolsillos y se resguarda de la lluvia con trenchs plastificados.
Tras Verino, le ha tocado el turno a Jesús del Pozo. Una presentación muy sentida ya que ésta era la primera tras el fallecimiento del creador. Su equipo ha demostrado que guarda a buen recaudo la herencia del maestro y ha mostrado una colección que retoma la esencia de la firma. Líneas puras, nada ceñidas al cuerpo (más bien al contrario), con un aspecto incluso monacal. Vestidos túnica y gama cromática que se mueve entre los grises, azules y ocres.
Francis Montesinos muestra una vez más que es el rey del exceso. Con una cuidada escenografía que imitaba un bosque encantado, su presentación se ha quedado en combinaciones imposibles de estampados florales en sedas vaporosas, punto de inspiración après ski, cueros y transparencias negras. Por si fuera poco, todo ello culminado con grandes tocados florales.
Como es habitual en Montesinos, ha cerrado su desfile con una propuesta nupcial muy vaporosa y cubierta de flores como si del hada primavera se tratase.
El bloque de la tarde ha comenzado con Memorabilia, una colección muy femenina firmada por Duyos. Faldas midi, plisados, vestidos vaporosos en crepes y muselinas y siluetas lánguidas que se refuerzan con apliques de pelo en cuellos y bajos.
Devota & Lomba reinterpreta algunos de los básicos de la costura, con gran acierto en las chaquetas acorazadas que presenta en tonos metalizados. Para la marca, el invierno se viste de color introduciendo toques de amarillo flúor y azul Klein.
Los andaluces Vitorio & Lucchino, cada vez más alejados del estereotipo flamenco que tanto han explotado en otras ocasiones, presentan esta vez una colección que recuerda a los cosacos rusos. Estampados y tejidos barrocos en los que una vez más vemos aplicaciones de piel, en este caso en bolsillos en zorro.
Ágatha Ruiz de la Prada vuelve a homenajear al color con una colección divertida. Formas geométricas, vestidos mini años 60 y la marca de la casa: los corazones. Como es habitual en la diseñadora, una propuesta que derrocha felicidad en un desfile casi terapéutico.
Mercedes Benz Fashion Week cierra su primer día con la propuesta de Elisa Palomino. La que fuera alumna de John Galliano, éxito sin precedentes en ediciones anteriores, vuelve a echar mano de sus puntos fuertes: extravagantes tocados, vestidos y estampados florales.
En general, un primer día contenido, en el que las pieles han sido el complemento escogido en muchas de las propuestas y los tonos grises, negros y metalizados han protagonizado la sesión.
En la segunda jornada veremos a Alianto, Andrés Sarda,Amaya Arzuaga, Roberto Torretta, Juanjo Oliva, Ángel Schlesser, Miguel Palacio, Lemoniez.
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